Las emociones son manifestaciones de nuestro cuerpo ante un estímulo de lo que nos rodea o de nuestro propio organismo; son precisamente las emociones y sentimientos lo que nos hace diferentes al resto de animales.
Las emociones aparecen desde la concepción, y nos hacen vivirlas reaccionando de diferentes forma y aprendiendo de cada experiencia vivida.
Los niños pueden llegar a experimentar las mismas emociones que un adulto, lo importante es que logren identificar y entender la función que cada una de ellas cumple, para que no se sientan frustrados al no saber cómo manejarlas.
Hay infinidad de emociones, pero las básicas son:
- Alegría: Felicidad, seguridad y bienestar al conseguir algo que deseamos o cumplir una misión. Nos permite identificar lo que nos agrada y queremos motivándonos a repetir la conducta.
- Ira: Sensación de enfado o rabia cuando no logramos lo que deseamos, cuando las cosas no salen como queremos o cuando nos sentimos amenazados o agredidos. Estas emociones nos ayudan a movilizarnos y defendernos para evitar un daño o buscar resolver un problema.
- Tristeza: Desesperación, melancolía, pesimismo, ante una pérdida de algo importante o decepción. Estas emociones nos hacen desear un tiempo para nosotros mismos, para analizar lo acontecido y procesarlo; nos motiva a pedir apoyo de los demás.
- Miedo: Manifestación de alerta ante una amenaza o peligro real o imaginario; Estas emociones nos hacen permanecer alertas y anticipar una solución posible.
- Sorpresa: Sensación de asombro o desconcierto ante algo inesperado. Nos sirve para situarnos y orientarnos en lo que debemos hacer.
- Asco: Aversión ante algo que nos desagrada. Estas emociones nos sirven para detectar lo que nos disgusta, para alejarnos y rechazarlo.
Cada niño puede reaccionar de distinta forma ante diversas situaciones, todas y cada una de las emociones son necesarias. Las emociones son innatas y naturales del ser humano, cada una de ellas cumple una función, lo importante es darle a nuestros hijos una buena educación emocional, para que aprendan a expresar sus emociones, incluso aquellas emociones negativas.
Si más de alguna vez le has dicho a tu hijo: “No estés triste, no pasa nada”, “ Sé valiente, no llores”, “no tengas miedo, ya estás grandecito”, “las niñas bonitas no se enojan por que se ven feas”, etc. Estás reprimiendo sus emociones, estamos intentando bloquear aquellas emociones que son negativas, y eso no debería ser así.
¿qué hacer para que nuestros hijos vivan sus emociones sanamente?
- Permite sentirlas: hasta las emociones negativas tienen una función, entonces no es malo sentir miedo, ira, tristeza, si no las dejamos salir, se acumularán y les harán más daño.
- Conexión: permite a tu hijo expresar sus emociones, escúchalo, ponte en su lugar y actúa como te hubiese gustado que tus papás lo hicieran contigo; abrázalo y muéstrale tu apoyo.
- Enséñales a controlarlas: las emociones negativas son parte de todo ser humano, pero el expresarlas no significa que debamos dañar a terceras personas, es por ello que si tu hijo siente enojo, furia o coraje, hay muchas manera de sacarlas sin lastimar a nadie; puede golpear una almohada, practicar algún deporte que le permita distraerse y relajarse.
Y tú, ¿cómo manejas las emociones de tus hijos?
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